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miércoles, 5 de febrero de 2025

LAS IDEALIZACIONES EN HOMEOPATÍA

 

AFIRMACIONES EN HOMEOPATÍA QUE PROVIENEN DE LA IDEALIZACIÓN


Son muchas y variadas. Enumeremos algunas:

·       La cura por Homeopatía es la curación verdadera.

·       Hay una sola Homeopatía pura.

·       Todos los otros tratamientos son meramente supresores.

·       Tratamiento único, verdadero y eficaz.

·       En suma, sólo el dogma nos lleva a la verdad.

EL IDEALISMO EN FILOSOFÍA HA SIDO UN MOTOR DEL PENSAMIENTO HUMANO. SUS DIFICULTADES SON EVIDENTES CUANDO LO TRASLADAMOS A UNA PRAXIS COMO ES LA MEDICINA.

EL IDEALISMO EN EL PENSAMIENTO aparece como la culminación de las idealizaciones de los individuos y que refuerzan el yo: “Cristalización de las identificaciones” como decía Freud; su consecuencia que es “la persistencia en el ser” (conatus en Spinoza); el deseo y “la falta” en sentido lacaniano.

ESTAS CONTRADICCIONES QUE EN FILOSOFÍA CONDUCEN A APORÍA, EN MEDICINA LLEVAN A CONOCIMIENTO INDEFENDIBLE. Se termina negando la evolución y nos arroja al creacionismo. Y a menudo al absurdo. NOS AÍSLA, NOS SEPARA DE LA MEDICINA.

lunes, 3 de febrero de 2025

MEDICINA HUMANISTA

 


He leído y no sé quién lo expresó, que “El Médico que debe ser a la vez psicólogo, filósofo y hombre culto, dotado de métodos refinados, con intuición penetrante para tratar personas individuales, es uno de los últimos supervivientes del espíritu libre y del individualismo”

Diagnóstico y tratamiento

Diagnosticar no consiste en poner nombre a un padecimiento, ya lo recordé otras veces. Ni siquiera consiste solamente en clasificar, agrupar, hacer taxonomía, o sea ordenar, hacer nosografía, aunque todo esto sea necesario. Diagnosticar es en primer lugar hacer una identificación individual de este sujeto que tengo delante de mí, de lo que está en el origen de su padecimiento sabiendo que ello es complejo, intrincado, reticular.

Por su parte, la terapéutica no puede pretender lograr que el paciente vuelva a su estado anterior a la enfermedad, aunque si le preguntasen al interesado nos dirá que es eso lo que desea. Nadie puede lograrlo por más que se lo proponga porque nadie es el mismo después de pasar una enfermedad.

De hecho, aunque pueda parecer que "debemos pasar la enfermedad cuanto antes mejor" como quien necesitara atravesar un río lleno de peligros, en realidad la enfermedad no cursa dentro de nosotros, sino que somos nosotros los que vamos cambiando en el tiempo mientras estamos enfermos. La enfermedad no es un estado en el cual el enfermo estuviera poseído, aunque nos parezca que nos domina y que no somos los mismos durante su curso.

Por eso decimos que ya no seremos iguales al finalizar la enfermedad.

Este asunto acerca del cambio que opera en nosotros cuando nos enfermamos ¿qué relación tiene con el humanismo médico?

En dos sentidos por lo menos.

El primero se refiere a la consideración del enfermo como persona por parte del médico. Lo cual supone el respeto al sufrimiento, la discreción, el esfuerzo para no imponerle al paciente los propios deseos y la propia ideología. Y la medicina no es ajena a esa realidad que es la vida misma del enfermo, entendiendo aquí por vida su itinerario personal, su recorrido, sus valores y hasta sus preferencias.

El segundo sentido es de tanta importancia por lo menos como el anterior. Se trata del respeto al curso de las cosas, a cómo ocurren, a cómo deben de ocurrir en su espontaneidad. El respeto a la physis.

domingo, 2 de febrero de 2025

LA NUEVA FUNCIÓN DEL MÉDICO

 

REDEFINIR LA NUEVA FUNCIÓN DEL MÉDICO


 

El ritmo de crecimiento del conocimiento en medicina es muy alto y se ha evidenciado con contundencia durante la pandemia-covid19. Esto va modificando el rol del médico como profesional.

 Conviene aclarar que la función del médico en cuanto rol asistencial ya no se personifica necesariamente en una figura humana. Las decisiones, que provienen de estudiar el caso a la luz de un conocimiento que se actualiza por instantes, terminan por tomarlas los grandes ordenadores que disponen de una información colosal (big-data).

Si el médico humano es simple correa de transmisión entre las centrales informáticas y el paciente, entonces su papel queda mermado y subsumido a una función simplemente comunicadora con el enfermo. Esto si bien no es poca cosa, no se acerca a lo que se espera del médico como intervención asistencial.

Se impone redefinir la tarea del médico que se ha formado en ambientes académicos pero que posteriormente sólo mantiene un leve contacto con los organismos decisorios en lo que concierne a la salud.

Los sitios de producción de conocimiento diseñan y dominan esta secuencia con precisión. Así es como las universidades transmiten un caudal de datos a los estudiantes de medicina tal que no se había producido nunca antes, sabiendo que cuando al médico le llegue el turno de tratar al enfermo, su capacidad de decisión real será mínima. Y cuanto más conocimiento menos poder decisorio.

¿QUÉ ELEMENTOS HAY QUE TENER EN CUENTA PARA DEFINIR ESTA NUEVA FUNCIÓN?

¿Qué lugar ocuparía la mera evidencia científica en el nuevo rol del médico humano? ¿Su perfil, caracterizado por el acopio de conocimientos, se solaparía inevitablemente con el del médico informático?

En su actuación ¿habría lugar para la especulación, la contraposición de pareceres, la elección de una determinada línea teórica o especulativa? ¿Sería posible que su actuación estuviera determinada por tendencias ideológicas? ¿Habría lugar para un médico demasiado intervencionista? ¿Y para el mínimamente intervencionista? ¿Podría el médico interpelar al paciente acerca de sus preferencias, sus deseos sobre cómo enfocar su vida futura en cuanto a costumbres, hábitos o conductas relacionadas con su salud? ¿Buscará el enfermo al médico que mejor comprendiese su sello personal en lo que atañe a la vida que él quiere para sí?

 

sábado, 1 de febrero de 2025

NEUROCIENCIAS 2

 

Pongo en duda los fines de la Neurociencia en sí misma, por la implementación que se está haciendo de sus hallazgos.

Se habla constantemente sobre este tema, pero no todos los que toman la palabra, aunque hayan cursado un máster en neurociencia son neurocientíficos, como parecen ser los ponentes de los webinarios que se nos ofrecen. Creo que podemos escucharlos, simplemente como correa de transmisión que ellos son desde la producción neurocientífica hacia los oyentes, algunos de nosotros, médicos. Y algunos de nosotros, médicos con intención crítica entre los que me incluyo.

La conexión de estos temas con enfoques filosóficos es evidente. Ya que la práctica médica siempre se ha vinculado a la filosofía, en el área de lo neurológico y más aún de lo psíquico, buscar antecedentes filosóficos parece obligado.

En Psicoanálisis, Freud, como Lacan, fueron estudiosos de la filosofía aun cuando no eran filósofos. Influyeron mucho y bien en la forma de ver los temas médicos. Sin embargo, sus conclusiones clínicas no tienen evidencia científica, lo cual tampoco me parece alarmante. Conviene recordar que cuando se sacan conclusiones con recorrido humanista a partir del conocimiento neurocientífico, se hace con método hermenéutico, interpretando, y no con la evidencia científica. Esto mismo es lo que hizo Freud. Por cierto, con mucho talento.

Ahora quiero narrar un caso. Presento a mi paciente MJ, psicóloga de 56 años. Viuda, un hijo independiente, ella está en pareja actualmente con un hombre de su edad. Trabaja en un colegio de niños elaborando informes de los alumnos con problemas de conducta y que pueden requerir tratamiento psiquiátrico.

Viuda, hace tres años, fue medicada con antidepresivos porque desde entonces tiene insomnio, tristeza, desmotivación en su trabajo. Está de baja desde hace un mes y no quiere regresar a sus tareas habituales. Se plantea un cambio de trabajo. Tiene abundantes pensamientos pesimistas sobre el futuro. Por razones administrativas visita a dos psiquiatras. Uno de ellos es impuesto por la mutua profesional y el otro es un psiquiatra privado de su elección.

El psiquiatra A, el de la mutua profesional, le diagnostica trastorno por inadaptación. Sabemos que es dudoso que el diagnóstico de trastorno de personalidad designe una enfermedad propiamente dicha. Y el de inadaptación es un diagnóstico que podría aplicarse a muchos enfermos que son disidentes del sistema, especialmente del sistema sanitario oficial. Con este diagnóstico el facultativo la emplaza a darle el alta y que vuelva al trabajo.

El psiquiatra B es privado y cuenta con el beneplácito de la paciente. Le aplica una batería de pruebas y en base a sus resultados le prescribe: un antidepresivo, un hipnótico y un antipsicótico. El profesional le advierte que el antipsicótico, aripiprazol, le ayudará a reducir la abundancia de pensamientos persistentes, refiriéndose con ello a su producción obsesiva.

Nos hemos acostumbrado a que la prescripción farmacológica psiquiátrica busque su justificación en la evidencia científica lo que conduce a una batería de pruebas, entre ellas un listado de preguntas con sistema de respuestas sugeridas. Esto significa que las respuestas escritas del paciente conducen “objetivamente” al fármaco tal o cual. En este caso la producción ideacional abundante, obsesiva, conduce al fármaco antipsicótico.

Pero esta paciente no es psicótica.

Es interesante recordar y reflexionar acerca de cómo se introducen los nuevos fármacos, concretamente los psicofármacos. Y me mueve a esta reflexión la constatación de que desde la obtención de las fenotiazinas (clorpromazina) en la década de los años 50 se han creado antipsicóticos eficaces, tanto que modificaron la vida de estos enfermos, lo admito. Pero también apunto que en 70 años se produjeron pocas moléculas de este tipo.

¿Cómo es el proceso de obtención de los nuevos psicofármacos?

No queremos describir las fases de la investigación farmacológica sino hurgar en el proceso mismo de la creación del fármaco antes de la investigación.

Se supone que el nuevo fármaco viene a cubrir una necesidad de ciertos pacientes, una necesidad del mercado.

Nuestra paciente ha sido calificada de trastorno de inadaptación y de rasgos obsesivos. ¿Existen fármacos cuyas indicaciones se adapten a estos requerimientos? No, en principio.

¿Cómo se puede crear un fármaco adecuado a esta situación y a otras parecidas?

Lo dejamos aquí de momento.