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sábado, 10 de marzo de 2018

EL MÉTODO NATURAL EN MEDICINA

         Y SU PROYECCIÓN EN LA HOMEOPATÍA



André Schlemmer, autor de un buen tratado sobre el tema ("El método natural en medicina" disponible en castellano, editorial Alhambra, España, 1985), había escrito que la Medicina Natural consiste en aplicar el método natural y no tratar con tisanas, con baños o cataplasmas. El método natural para un hipocrático como él consiste en respetar a la Naturaleza. "El método natural es finalista, busca comprender, interpretar, seguir y ayudar a la obra de la naturaleza hasta cuando su exuberancia obliga a corregirla". No se trata necesariamente de comprar productos en una tienda de dietética.

En Homeopatía asimismo el método no consiste en prescribir remedios homeopáticos, se trata de aplicar un método, el homeopático.
Lo contrario sería equivalente a suponer que ser cardiólogo es disponer de un electrocardiógrafo en la consulta.
Solemos oír: "Staphysagria 5CH va muy bien para los orzuelos". Esto es un ejemplo de lo que no es el método homeopático, es en realidad radicalmente alopático. Tanto lo es determinar un remedio y más aún adelantar la potencia para un trastorno o para un síntoma.

La actividad de la Homeopatía en la sociedad se suele medir por la venta de productos homeopáticos, por el número de prescriptores, por la cantidad de usuarios habituales y por la gente que haya oído hablar del tema. 
Pero el método homeopático aun teniendo en cuenta que hay diferentes escuelas y tendencias, se define por la aplicación de la similitud y por la individualización al aplicarla. Y tiene mucho en común con el método natural del que hablábamos.

De manera que es posible que un supuesto usuario haya acudido a una consulta buscando los beneficios de la Homeopatía y haya estado en tratamiento durante meses sin haber entrado en contacto con ella. Y lo que es peor haya sacado sus conclusiones de esa experiencia y las haya extendido a la Homeopatía. Cuán lamentable es todo esto, pero convivimos con ello.

EL UNIVERSO DE LA ANSIEDAD. CÓMO PUEDE EL HOMEÓPATA MANEJAR LA ANSIEDAD


                                       

Nos atañe a todos. Para comenzar hay que trazar los límites de este tema. Todos sabemos qué es ansiedad. La ansiedad es consustancial al ser humano, a su modo de existir. Aun así no siempre queremos significar lo mismo con esa palabra. Y lo mejor es empezar por las palabras ya que esto parece ser un buen principio.
¿Se trata de una situación incómoda o un sufrimiento? ¿Es una reacción ante las amenazas? ¿Acompaña al miedo y por extensión a las fobias? ¿Es una forma de anticipar hechos futuros  a los que tememos de una o de muchas maneras? ¿Indica falta de autoconfianza? ¿Es una amenaza en sí misma?
Todo. Todo eso y más. En el lenguaje profano a menudo se confunden ansiedad con nerviosismo o inquietud, agobio, apremio.
En el discurso psiquiátrico ansiedad se presenta en solitario o acompaña a otros síntomas: fobia, angustia, obsesión.
Busquemos en los "hechos" que eso es lo que la Medicina de hoy tanto valora:
En la guía para el diagnóstico clínico de DSM-5 de James Morrison se enumeran los supuestos clínicos de la ansiedad.

"Guía rápida para los trastornos de ansiedad
Es posible diagnosticar uno o más de los siguientes trastornos en personas que presentan síntomas notables de ansiedad; un solo individuo puede padecer más de un trastorno de ansiedad.

Trastornos de ansiedad primarios

·        Trastorno de pánico. Estos pacientes experimentan repetidos ataques de pánico, episodios breves de temor intenso acompañados por distintos síntomas físicos y de otros tipos, aunado a la inquietud de desarrollar otras crisis y otros cambios conductuales relacionados.
·        Agorafobia. Los pacientes con esta afección temen a situaciones o lugares como ingresar a una tienda, donde pudieran tener dificultad para conseguir ayuda si desarrollaran ansiedad.
·        Fobia específica. En esta condición, los pacientes temen a objetos o situaciones específicos. Algunos ejemplos son animales, tormentas, alturas, sangre, aviones, sitios cerrados o cualquier situación que pudiera causar vómito, asfixia o desarrollo de alguna enfermedad.
·        Trastorno de ansiedad social. Estos individuos se imaginan avergonzados cuando hablan, escriben o comen en público, o usan un baño público.
·        Mutismo selectivo. Un niño decide no hablar, excepto cuando está solo o con ciertas personas cercanas.
·        Trastorno de ansiedad generalizada. Si bien estas personas no experimentan episodios de pánico agudo, se sienten tensas o ansiosas gran parte del tiempo y se preocupan por muchas cuestiones distintas.

 Trastornos de ansiedad secundarios

·        Trastorno de ansiedad por separación. El paciente desarrolla ansiedad cuando se separa de un progenitor o de alguna otra figura a la que se siente apegado.
·        Trastorno de ansiedad debido a otra afección médica. Los ataques de pánico y los síntomas de ansiedad generalizada pueden ser causados por numerosas afecciones médicas.
·        Trastorno de ansiedad inducido por sustancia/medicamento. El consumo de una sustancia o medicamento ha desencadenado ataques de pánico u otros síntomas de ansiedad.
·        Otro trastorno de ansiedad especificado o no especificado. Utilízanse estas categorías para los trastornos con síntomas de ansiedad notables que no corresponden claramente a ninguno de los grupos previos.

Otras causas de ansiedad y síntomas relacionados

·        Trastorno obsesivo-compulsivo. Estos enfermos se inquietan por pensamientos o conductas repetidos que pueden parecer sin sentido, incluso para ellos.
·        Trastorno de estrés postraumático. Un evento traumático intenso, como un combate o un desastre natural, se experimenta de nuevo una y otra vez.
·        Trastorno de estrés agudo. Esta afección es muy parecida al trastorno de estrés postraumático, excepto porque se inicia durante o inmediatamente después de un evento estresante y dura un mes o menos.
·        Trastorno de la personalidad por evitación. Estas personas tímidas se sienten heridas muy fácilmente por la crítica y dudan en involucrarse con otras.
·        Especificador _con tensión ansiosa_ para el trastorno depresivo mayor. Algunos individuos con trastorno depresivo mayor tienen gran tensión y ansiedad.
·        Trastorno de síntomas somáticos y trastorno de ansiedad por enfermedad. Con frecuencia, el pánico y otros síntomas de ansiedad forman parte de algún trastorno de síntomas somáticos y del trastorno de ansiedad por enfermedad."

INTERVENCIÓN DE LA HOMEOPATÍA

Cuando una palabra se usa para tantas cosas termina perdiendo su significado y cae en desuso. En Medicina y en Psicología aún más esa palabra va reduciendo su sentido.

En la clínica homeopática la observación minuciosa de sus grandes clínicos ha descrito todas estas situaciones con gran precisión como puede apreciarse en la Materia Médica y en el Repertorio. Ahora bien, si leemos la descripción de los policrestos o sea los grandes remedios de fondo, y podemos considerar así entre 30 y 50 medicamentos según sea nuestro criterio de selección, lo primero que vemos es que prácticamente todos tienen "ansiedad". Y aun los remedios de segunda fila, aquellos que cuentan una cantidad respetable de síntomas sin ser policrestos y que podemos considerarlos entre 50 y 200, también en ellos aparece la ansiedad aunque no se mencione taxativamente.
Porque estamos hablando de ansiedad no solamente cuando aparece esta palabra sino también cuando se alude a ella con otros términos: anticipación, inquietud, hipersensibilidad, excitabilidad, aprensión, ansia y otros.
·        La ansiedad  puede en situaciones considerarse causa de otros síntomas como el caso de terror (ansiedad que deriva en crisis de pánico).
·        Pero también valoramos las causas de la ansiedad: "ansiedad por" como ansiedad por bagatelas, ansiedad  por su salvación, ansiedad por el futuro, ansiedad hipocondríaca, ansiedad por culpabilización (expresada como "ansiedad como si fuera culpable de un crimen"), ansiedad  a causa de negocios, etc.
·        O los casos de ansiedad coincidiendo con otros síntomas: con cansancio de la vida, ansiedad con temor.
·        O con estados más o menos permanentes: ansiedad con disposición suicida.
Estos pocos ejemplos nos permiten asomarnos a un vasto universo de cualidades que nos transporta a una verdadera clasificación clínica con una riqueza de detalles que fue anterior a  la Psiquiatría actual. Y ello sin entrar en el territorio de las modalizaciones que es sin duda la base de la individualización en Homeopatía.
VALOR HOMEOPÁTICO DE LA ANSIEDAD
Qué  hacer entonces ante un paciente con ansiedad? En primer lugar poner en duda la palabra.
Ante un síntoma casi universal como es el caso es mejor no tomar en cuenta el síntoma ansiedad como tal a la hora de prescribir ya que se trata de un síntoma genérico que no individualiza. Ya había advertido Hahnemann acerca de esos síntomas comunes de escaso valor homeopático como nerviosismo, cansancio, mareo que es mejor pasar por alto si no son intensos, claros, precisos, nítidos y mejor aún modalizados. Modalizar significa exponer el modo en que se produce el síntoma: al despertar, después de las comidas, durante un viaje, pensando en sus síntomas, mientras siente frío y muchísimos más.
Es mejor pues abocarse a sus modalizaciones o simplemente a otros síntomas.
Y no nos olvidemos de que si prescribimos el remedio adecuado a nuestro paciente éste aliviará también la ansiedad aunque no haya sido la ansiedad el síntoma que nos condujo al remedio.

LA INTENSIDAD DEL SÍNTOMA
El episodio más o menos breve de ansiedad muy intensa, insoportable por lo amenazante, por el terror que conlleva y acompañado de un cortejo de síntomas físicos como sudoración, palpitaciones, náuseas, cefalea, defecación inminente suele denominarse crisis de pánico.
Este síntoma suele ir desapareciendo al cabo de un tratamiento de fondo más o menos largo. A pesar de ello el médico suele ser requerido por el enfermo para que le proporcione un remedio de rescate. En efecto en la Materia Médica encontramos varios remedios adecuados para estos síntomas: aconitum, moschus, ignatia, arsenicum album y otros. Sin embargo nos encontramos a menudo con que la respuesta inmediata a estos remedios es limitada.
Ante esto es preferible que el paciente acepte que el problema se irá resolviendo paulatinamente con la terapéutica de fondo. Y para yugular estas situaciones agudas se puede acudir a otros procedimientos: psicoterapia, relajación, ejercicio, hipnosis y también ¿por qué no? el recurso a un fármaco de rescate para supuestos máximos.



domingo, 4 de marzo de 2018

NIÑOS Y ANTIBIÓTICOS. LA INTUICIÓN DE LOS HOMEÓPATAS.

                   ANTIBIÓTICOS, NIÑOS, INMUNIDAD


La Organización Mundial de la Salud informó recientemente que hacia 2050, la resistencia de las bacterias y otros microorganismos patógenos a los antibióticos será el problema sanitario más importante a afrontar por los países. Se conoce la capacidad extraordinaria de estos gérmenes para adaptarse a situaciones adversas. En ese sentido la lucha es desigual ya que los humanos no disponemos de recursos biológicos comparables. Los aportes de la Farmacología en cuanto a nuevos antibióticos han sido limitados comparados con las nuevas moléculas en otras áreas como la quimioterapia del cáncer y los virus, psicofármacos y otros campos.
Cuando no dispongamos de antibióticos eficaces en las infecciones graves estaremos maniatados.

Dos recuerdos míos de estudiante de Medicina en Buenos Aires en los años sesenta:

Mis profesores de Pediatría, una asignatura de la carrera, por cierto tenían ciertas preocupaciones que hoy llamaríamos ecologistas y no eran muy intervencionistas, para su época y teniendo en cuenta sus tratamientos de entonces. Admitían que era normal que un niño antes de cumplir 6 años de edad recibiera no menos de 50 tratamientos con antibióticos. Esto no les parecía bien pero admitían que era inevitable ante las infecciones más frecuentemente respiratorias y ORL, diarreas con la peligrosa complicación de la deshidratación, infecciones urinarias y piodermitis. Esta profusión de antibioterapia se producía en el medio hospitalario y en la consulta privada. En el Hospital de Niños de Buenos Aires se temía la infección hospitalaria tanto que se intentaban también fórmulas heterodoxas. En la Sala dirigida por el doctor Florencio Escardó se había observado que si durante la estancia de los niños en el hospital se permitía a su madre dormir a su lado, cosa que no se había admitido hasta entonces, los niños se infectaba menos. "Amor y proteínas" era la fórmula que Escardó había impreso en su sala. Escardó no era homeópata pero era un gran comunicador y había llevado su visión de avanzada Medicina Psicosomática a la Pediatría.

En Farmacología, otra asignatura de la carrera nos advertían acerca del peligro de disbiosis intestinal por el empleo de antibióticos por vía oral. Esto podía leerse en los mejores tratados de la especialidad. Sin embargo nunca se decía que una consecuencia indeseable del uso de antibióticos fuera la depresión inmunitaria. Muchos lo observábamos en la práctica, casi todos los médicos coincidíamos en que cuanto más abundábamos en su empleo peor estado general tenían los niños, perdían peso, tenían mal color, tardaban mucho en recuperarse y lo que es peor rápidamente tenían recaídas de la infección aguda que había sido el origen de toda esta secuencia. A la disbiosis se la temía por la diarrea y la deshidratación consecuente pero no por la baja inmunitaria.

Desde luego esta no es la situación actual. Ahora se reconoce el papel importantísimo del microbioma intestinal y no sólo intestinal sino de la boca, vagina, piel, en el mantenimiento de un estado inmunitario saludable.
Pero cabe preguntarse ¿Nadie formulaba las observaciones clínicas, nadie advertía sobre hechos tan simples, tan fáciles de visualizar?
Claro que sí. Por ejemplo los médicos homeópatas y los naturistas desde hacía mucho tiempo, desde la introducción de las sulfamidas a comienzos de los años 30. Sin embargo sus opiniones fueron tildadas de dogmáticas, producto de la obcecación y opuestas al desarrollo de la Ciencia. Y a pesar de esa obstinación en expresarlas, aún así tenían razón. Tanto que actualmente nadie los rebate. En algunos casos era un conocimiento intuitivo y en otros simples observaciones empíricas de médicos que no podían callar algo tan evidente.
Y entonces ¿por qué se trataba de acallarlos? Simplemente por un autoritarismo sarcástico y un poco petulante.
Cuando empecé mi práctica en la consulta homeopática aun no siendo pediatra, acudían a mí a menudo madres cuyos niños recibían antibióticos cada tres semanas. Terminaban un tratamiento y una semana más tarde comenzaba otra vez el cuadro "agudo". Al cabo de pocos años me di cuenta de que si conseguía que el niño evitara el contacto con el fármaco se cortaba esa secuencia deletérea para su salud. Y esto era así incluso en aquellos niños a los que no les había dado ningún tratamiento de fondo que es como se llama en Homeopatía a lo que podríamos traducir como tratamiento inmuno estimulante.
Solamente si se lograba que el niño pasara el cuadro agudo con la ayuda de remedios del agudo y se conseguía que se liberara de los antibióticos y esto se producía dos o tres veces, entonces su estado inmunitario mejoraba y se cortaba la secuencia nefasta.


El Doctor Escardó en la consulta con un paciente
Hoy se sabe con cierta certeza el papel de las bacterias intestinales en la inmunidad aportando moléculas imprescindibles al organismo humano huésped, combatiendo la inflamación intestinal, modulando la permeabilidad de la pared intestinal, comunicando información a los linfocitos, las células de mayor protagonismo en la inmunidad. Sabemos que las bacterias forman parte funcional de nuestro organismo y comprobamos que tanto los animales como el hombre en condición de esterilidad biológica es lisa y llanamente un inmunodeprimido.

En 1973 el Doctor Tomás Pablo Paschero publicó su libro "Homeopatía", que resultó ser su único libro hoy disponible. Gran obra que reúne una gran cantidad de trabajos independientes  cada uno de los cuales aporta una enseñanza apreciable. Más allá de la coincidencia o del disentimiento con su ideario general. 
El libro del Doctor Paschero disponible en Google
Doctor Florencio Escardó
Pues bien, su Introducción la escribió el Dr Escardó a modo de presentación del Doctor Paschero como médico y como intelectual. La medicina humanista reconocía en sus palabras los méritos innegables de un homeópata. Dice Escardó: "En 1954 llamé a Paschero arquetipo de médico, no fue profecía sino diagnóstico".

Escardó había comprobado muchas veces el éxito de los tratamientos de Paschero con sus tratamientos de remedio único, el similimum y no le costaba nada reconocer lo que había visto.