Para descargar TRATAMIENTO HOMEOPÁTICO DEL ENFERMO CRÓNICO. Completo comprimido.
Ediciones Miraguano. Madrid 1986.Ux_Jc09fXu3Te6-s/view?usp=sharing
Información, reflexión, interacción
Para descargar TRATAMIENTO HOMEOPÁTICO DEL ENFERMO CRÓNICO. Completo comprimido.
Ediciones Miraguano. Madrid 1986.Ux_Jc09fXu3Te6-s/view?usp=sharing
·
Si el proyecto de salud global consistía solamente en que el ser humano tuviera una vida prolongada como prioridad, ha fracasado como queda ejemplificado en este tiempo de pandemia. Son los ancianos enfermos las principales víctimas mortales. El declive inmunitario es la característica de la senectud.·
Ya antes de la pandemia, la medicina y la
sociedad orgullosa de su sistema sanitario, se vanagloriaban de que muchas de
las enfermedades incurables que llevaban a la muerte, se estaban transformando
en enfermedades crónicas. Las consecuencias eran esperables: el consumo de
fármacos se hizo colosal, la esperanza de vida se alargó notablemente en los países ricos y la
medicalización de la vida de la gente terminó siendo un hecho inevitable.
·
Si la gestión de su salud no es ejercida por el
propio interesado, el sistema le impone una vida larga a base de fármacos
múltiples para paliar el síndrome metabólico, la diabetes tipo 2, las
enfermedades cardiovasculares, la obesidad, la hipertensión arterial. Estas
situaciones son abordables y mejorables también con un régimen de vida higiénico
saludable.
·
Los tratamientos del cáncer que apuntan a
tratar a los pacientes como enfermos crónicos, nos conducen a la
inmunodepresión que acompaña a estas personas.
·
Algo parecido ocurre en los casos de SIDA,
enfermos tratados de por vida con fármacos que también causan inmunosupresión entre otros efectos indeseables.
· También la enfermedad mental suele tratarse
prolongadamente, a menudo de por vida. Los efectos colaterales de estos
tratamientos suelen controlarse. Pero en el caso de los fármacos antipsicóticos, los largos tratamientos que permiten a estos enfermos una vida casi normal,
productiva, no los libran de los deterioros orgánicos que a largo plazo
provocan.
·
Por otra parte, la existencia de la geriatría
misma como especialidad médica, nos muestra que los mayores requieren un
tratamiento o varios, sólo por serlo.
·
El tratamiento de las enfermedades autoinmunes
graves, crónicas e incurables nos deja un colectivo de enfermos inflamados e
inmunodeprimidos.
·
¿De dónde procede esta actitud, por parte de quienes comandan la sanidad, de buscar que el paciente viva mucho, cuanto más
mejor? Parece una pregunta ingenua. Aquel que convive con enfermos a diario
reconoce que es esto lo que reclama la gente y que negarlo sería ceguera.
·
Sin embargo, no es sólo el paciente el que
quiere vivir mucho. El sistema opera para que así sea, como si esto fuera
indiscutible en todo caso, vivir mucho es una obligación.
·
El paciente tiene que vivir tanto como el
consumidor tiene que
consumir.
·
UNA CONSECUENCIA DE TODO ESTO ES QUE CONVIENE
QUE LA VIDA SEA LARGA.
·
UNA VIDA PARA CONSUMIR, ENTRE OTRAS COSAS
PRODUCTOS FARMACÉUTICOS.
·
PERO VIVIR ASÍ ESTÁ A MENUDO REÑIDO CON HÁBITOS
SALUDABLES. PARECE QUE ES MÁS IMPORTANTE VIVIR MUCHO QUE VIVIR SALUDABLEMENTE.
·
LA PANDEMIA ES UNA MUESTRA DE QUE LA PHYSIS, LA
NATURALEZA, TERMINA CORRIGIENDO LAS COSAS.
· Mirar a la muerte de reojo no soluciona los problemas. La aceptación de la finitud de la vida es una actitud más sana, más cercana a la realidad. Y abordar la propia salud como un deber personal también nos acerca a ella.
· No parece que, en el fondo, el proyecto sanitario sea muy diferente al que existía en la Antigüedad..
LA FORMACIÓN EN MEDICINA INTEGRATIVA DURANTE LA PANDEMIA
He asistido a multitud de reuniones on line algunas de ellas de formación, que llaman webinarios, durante este tiempo de pandemia. Unas, de Medicina Integrativa, la mayoría de ellas patrocinadas por los laboratorios que disputan el sector del mercado: Micoterapia, Microinmunoterapia, Microbiótica intestinal, Dietética y Nutrición, Fitoterapia, Fitoterapia China, Homeopatía y otras ramas. En casi todos el tema frecuente fue la Inmunología.
Se trataba en general de comunicar a un público
de profesionales sanitarios todos, información con evidencia científica de
trabajos, metaanálisis y comunicaciones traducidos. Debo confesar que en
general me aburrí mucho. Y creo que la causa es que no siempre poner la
evidencia científica como prioridad casa bien con la noción de Medicina
Integrativa. En otra entrada de este blog he tratado el tema Medicina
Integrativa intentando dilucidar de qué se trata. Me temo que mientras no nos
pongamos de acuerdo en el qué es, no podremos interpretar este tema correctamente.
Y más doloroso aún es constatar que lo que se muestra como evidencia científica suelen ser estudios en animales de laboratorio extrapolados al ser humano. Un sesgo claro y nítido que impide obtener las conclusiones de las que tanto se presume.
Los laboratorios, la Industria Farmacéutica en suma,
consideran la MI como un nicho de mercado y no como la respuesta a la necesidad de un enfoque
holístico. Muchos médicos que buscan información y acreditación en estas
formaciones, los webinars, terminan por confundir ambos puntos de vista,
imponiéndose una concepción en la que la MI sería “el uso de productos que no son elaborados por los laboratorios de la Farmacología corriente”.
Por otra parte, leí un excelente artículo de 1955, muy recomendable
del gran filósofo asturiano-riojano Gustavo Bueno Martínez
(Santo Domingo de la Calzada,1924-2016) en el que realza la figura del sabio
español Faustino Cordón Bonet (Madrid,1909-1999). Cordón fue un biólogo y
farmacéutico, investigador en Biología, jefe del Laboratorio de Bioquímica del
Instituto Ibys pero postergado por el régimen durante el franquismo, el cual lo
tuvo preso después de la Guerra Civil Española y le impidió acceder a cátedras
universitarias. Aunque el reconocimiento le haya llegado en el exterior donde
obtuvo doctorados y premios diversos, Cordón desarrolló casi toda su carrera
profesional en España y aportó un conocimiento encomiable especialmente en el
campo de la Nutrición y también produjo ideas de importancia para la
Antropología Médica. El que Gustavo Bueno se haya ocupado de esta figura en
1955, año del artículo, está relacionado con las interpretaciones que Faustino
Cordón hacía sobre las grandes funciones biológicas y su contribución a
elaborar teorías en Biología.
En una de sus conclusiones más brillantes, Faustino Cordón
entiende que la inmunidad no es exactamente una lucha entre dos ejércitos tal
como siempre se nos enseñó. Rehúsa de esos simplismos y pasa a explicar que la
respuesta inmune es una identificación del organismo de los mamíferos con el
antígeno supuestamente invasor. La posterior acción del organismo que termina
por desembarazarse de la noxa infectante es una consecuencia final pero no lo
más destacable de todo el evento biológico.
Es en un momento de incertidumbre como el actual, nunca
vivido antes, cuando se echa en falta la hermenéutica que sigue a la
investigación. El estudio de la causa final además del estudio de la causa
eficiente, según Aristóteles.
Ciertamente, lo que quieren transmitirnos los docentes y
ponentes de diversos temas médicos es hechos, relaciones de causa-efecto,
correlaciones entre dos hechos, constataciones, no opiniones. Que tengan fuerza
de conocimiento y no se refuten con argumentos. Que se tomen en serio, que no
se los pueda acusar de filosofar. Eso es buscar la causa eficiente. Nada de ojo
clínico ni recurrir a la experiencia. Y a eso se le califica como evidencia científica.
Y ni hablar de hacer interpretaciones. La hermenéutica,
prohibida, que eso es de otras ciencias, las Ciencias Sociales. Eso sería la
búsqueda de una causa final, un sentido finalista para lo biológico. Aquello de
Principio Director o Unificador del que hablan los naturistas, los homeópatas,
los higienistas.
Intentan, esos docentes, de no contaminarse con ese campo de
la especulación. Y este campo, que no es el de los meros hechos, es
fértil cuando a la experimentación misma se le añaden interpretaciones
razonables y no dogmáticas. Justamente aquello en lo cual la Medicina
Integrativa siempre fue un baluarte.
Los resultados hasta ahora van siendo que todos acatan
estas directivas comerciales cuyo objetivo, como siempre es la captación del
médico ortodoxo para la causa de la prescripción. En suma, una finalidad
comercial.
Y quizá por eso la Medicina Integrativa también se va convirtiendo en un terreno de prescriptores de productos. Y sus médicos son esos prescriptores que
aprendieron durante la formación, que los productos son fiables, que se pueden
usar con confianza y que se pueden compatibilizar con el tratamiento ortodoxo.
Lo mejor de todo: Que nadie pueda reprocharles haber
abandonado el paradigma imperante. En el que donde no hay negocio no hay progreso.
![]() |