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jueves, 15 de junio de 2017

LA HOMEOPATÍA DE LOS ESPECIALISTAS

      LA HOMEOPATÍA COMO SEGUNDA ESPECIALIDAD 


Cuando el trabajo de los médicos comenzó a fragmentarse en especialidades, desde ese mismo momento se echó en falta el regreso del médico generalista que parecía batirse en retirada. Esto lo comparten casi todos los usuarios de la salud y es tan evidente que no requiere más explicación.

Desde entonces hasta ahora el conocimiento médico se expandió en forma colosal. Y la vida de un médico no alcanza, claro que no, para abordar en profundidad una sola especialidad. A modo de ejemplo, se conocen hoy más de 100 formas de epilepsia. Es eso mucho para un neurólogo; hay entonces sub especialistas en epilepsia aunque me temo que ya aparecerá el que se ultra especialice en una sola de esas formas clínicas. Por eso existen especialistas que se aplican a lo general de su especialidad y otros que prefieren una o más partes.

Lo digo con respeto, todo el que me merece el conocimiento médico y sin ironía alguna. Confieso que siempre está la tentación del sarcasmo. Cuando el objeto de conocimiento se va haciendo más pequeño y la lente de observación agranda más la imagen de lo pequeño se pierden los elementos del paisaje y muchas veces se distorsiona lo observado. Hace años un ingenioso nefrólogo comentaba: "No debemos mirar al hombre por el agujerito del uréter". Pero nadie pretende, yo tampoco, detener el avance del conocimiento médico.

Desde luego que hay especialidades con vocación generalista como son los casos del internista, pediatra, cirujano general, endocrinólogo y algunas más.
La Homeopatía, enfoque globalizador donde los haya, nunca sufrió esa dispersión. Es más, muchos de los grandes médicos homeópatas de las últimas décadas, antes de abordar el conocimiento homeopático habían sido especialistas de la medicina convencional y su entrada en la práctica homeopática era también un regreso a la medicina generalista.

En los últimos veinte años en España ocurrió que la formación en Homeopatía que se impartía puso la mirada también en los médicos especialistas tradicionales. El objetivo estaba claro, se trataba de dotar a los especialistas para que dispusieran de un arma más, la prescripción del tratamiento homeopático, además de sus tradicionales tratamientos farmacológicos. El efecto buscado en el público parecía irrefutable. "¿Alguien mejor que el traumatólogo para darme un tratamiento homeopático si mi padecimiento es articular?"  Y se oía decir: "Mi ginecólogo también es homeópata y hace tratamientos homeopáticos de la infertilidad". Y "mi dermatólogo". Razonando así parecía que los especialistas eran los "homeópatas" más solicitados por cierto público, aquel público menos informado, el que ignora completamente la razón de ser de la Homeopatía. Así el mercado se expandía. El efecto burbuja llegaba también aquí con su supuesta prosperidad y también con sus consecuencias menos deseables. 

En otra  entrada del blog "EL DERRIBO DE LA HOMEOPATÍA EN ESPAÑA" explico cómo este efecto consumista influyó negativamente en la situación actual, en la que los medios de comunicación arremeten contra los médicos homeópatas sin contemplaciones, mezclando medias verdades con falsedades flagrantes y los colegios de médicos cierran las secciones colegiales de Homeopatía sumándose a las reivindicaciones de los colectivos escépticos.

Todo estudioso de la Homeopatía me dirá seguramente que eso que se enseñaba era incompatible con la doctrina homeopática incluso en su versión más flexible. Les respondo que en el ámbito de enseñanza, la doctrina se omite deliberadamente y esta omisión se excusa como una gran ventaja aunque no lo es.
La formación impartida era brevísima, superficial, aunque en el ámbito universitario y auspiciado por una multinacional farmacéutica homeopática. Después, ya ante el paciente, el especialista homeópata en realidad consultaba un vademécum que le ofrecía unos cuantos remedios por síntoma y él elegía o peor aún, los mezclaba en un complejo. Todo muy parecido a las actuaciones según protocolo, imprescindibles en el ejercicio actual de la Medicina. Mi experiencia, la de haber visto situaciones parecidas, me hace pensar que esos especialistas devenidos homeópatas en formaciones de pocas semanas serán los primeros en desertar.