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martes, 21 de enero de 2025

APUNTES PARA UN DEBATE: PRESTIGIO Y EFICACIA EN LA MEDICINA

 

                 PRESTIGIO Y EFICACIA EN LA MEDICINA

·        ¿Hay una discordancia real entre la eficacia de la medicina y su prestigio o es mera apariencia? La impresión de esta supuesta paradoja me ha surgido varias veces cuando leo historia de la medicina o simplemente cuando este tema se me aparece en la literatura más o menos costumbrista, en la que se refleja la queja de los enfermos por los escasos resultados de los tratamientos médicos.

·        Leyendo El herbario de Gutenberg, Guerra Garrido, Puerto y Esteva de Sagrera, Madrid 2013, obra muy recomendable, amena y muy bien escrita por eruditos del campo de la Farmacia, nos llegan con profusión de detalles, los testimonios de escritores literatos


célebres de los últimos siglos. La descripción técnica de los fracasos terapéuticos constantes de los médicos, recopilada de la literatura clásica (en El Quijote, por ejemplo) es tratada con jocosa pulcritud.

·        Y también el control riguroso por parte de los gobiernos a lo largo de los siglos para que se cumplieran las normas tendentes a preservar el prestigio de los profesionales, médicos, farmacéuticos o mancebos o sea auxiliares de farmacia. Desde el comportamiento, la vestimenta, la ética exigible así como también los edictos, prohibiciones, dictámenes para preservar la satisfacción de los usuarios y el prestigio del acto médico.

·        Las preguntas que surgen rápidamente: ¿Cómo se ha podido mantener toda esa estructura con unos resultados tan decepcionantes? ¿Sabían los enfermos que la Medicina prácticamente no curaba a nadie? ¿Qué los preparados farmacéuticos eran ineficaces y a menudo tóxicos? ¿Qué la cirugía no daba garantías mínimas?

·        Se constata también el empeño de las autoridades para que todo esto quedara preservado y no hubiera rebeliones sociales. Los tratamientos médicos en su versión oficial legal, por médicos universitarios y técnicos de farmacia de garantías, eran caros y el pueblo no podía pagarlos. Pero lo cierto es que si los hubieran pagado habrían quedado pobres y también enfermos, en el mejor de los casos.

 

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